miércoles, 1 de diciembre de 2010

Episode03. Club Portugués

Ser jurado implica responsabilidades. Buenas, malas, fáciles y difíciles.
Me toco esta vez la difícil tarea de escribir sobre el “Club Portugués”.  Mi único objetivo es no faltar a la verdad.  Y la verdad, la cruda y dura verdad , es esta: La milanesa a la napolitana de el “Club portugués” es mala.  Que pena me da, pero este viaje es largo. Vamos a encontrarnos con nervios duros, salsas desabridas, quesos rancios, aceites  viejos…



Ser jurado implica juzgar y mi objetivo, ni el de mis compañeros, se va a nublar. Cuando encuentre la mejor napola lo voy a gritar a viva voz y hacia todos los puntos cardinales.
Si bien su milanesa no pasa ni la primer ronda en esta competencia el restoran del “Club Portugués” no es malo.  Un amplio salón con cierto déficit de aire y mala iluminación le dan todos los condimentos del clásico bodegón porteño.




Las mozas, con una “desalineación” hermosa caminan de acá para allá llevando en alto las especialidades del lugar (Ravioles con estofado, tortillas de papas) hacia las mesas populosas (había dos cumpleaños la misma noche).



La gente puede conversar en paz,  sin ningún código de etiqueta,  grupos de amigos, familias, parejas. Todos son bienvenidos.  Es un salón ideal para ir a comer un plato bien criollo con la tranquilidad del ojo que ignora.  Y, no puedo no mencionarlo, en estos tiempos de estafa gastronomita, comimos 4 personas con 2 cervezas por $110. Nada mal.


Lamentablemente al “Club portugués” le toco ser juzgado con la varilla de la Napo y su  promedio fue bajo. El aceite era viejo. El pan rallado, grumoso. La salsa, gracias si tenia orégano y su queso con suerte sumaba dos fetas.


Adiós simpático club, tu comida merece ser juzgada con el paladar del día libre y la noche entre amigos.  La dura competencia te queda grande.




Este fue el relato de nuestra Tercera aventura del Proyecto Napola Tour.
“Club Portugués . Av. Pedro Goyena  1468
Puntuacion: 5.475

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