viernes, 29 de julio de 2011

Episode10 - 2901

Oh! Glorioso festín!
Dios bendiga tu piel rebosante.
Alabaré el oro que la baña.
Y daré loas a tu roja sangre que moja tu manto de jamón y queso
enalteciendo tu alma
que es carne!

Ya sabemos lo que produce comer una napolitana. Por mas rimbombantes que sean  las palabras, siempre quedarán cortas a la hora de explicar la sensación de tener enfrente semejante combinación de elementos.
De todos modos, la combinación en sí no lo es todo. Se necesita de una buena muñeca de parte del empanador, atención en la cocción, generosidad en los materiales etc. y así y todo el veredicto siempre queda sujeto a la subjetividad de quien se come la milanesa.








La cita fue en 2901 una cantina de barrio sin muchos refinamientos de decoración y una sala de timba ( si! leyeron bien). Nos atendió Gabriel, un mozo muy atento, buena onda y parlanchín que se molestó varias veces explicando la variedad de platos que había en el lugar, mas allá de haberle aclarado la tiranía del menú ad hoc.
Nos comentó que la napolitana era "un 42" haciendo alusión al tamaño de la milanga comparándola talle de un calzado. Lo cierto es que para nosotros fue un talle 48. Bien grande, punto a favor.





Llegan las milangas y luego de la foto pertinente comenzamos a comer.
De pinta estaba muy bien, se la vio muy pareja y dorada, pero al verla de costado se notó uno de los mayores sacrilegios que se le puede cometer a tan noble alimento: el empanado era doble!





Ya con la milanesa en la boca, se pudo notar que los sabores se combinaban muy bien, la temperatura era ideal tenia la cantidad justa de orégano y de salsa.
La carne era buena. Luego charlando con la dueña del lugar, que se sentó a la mesa curiosa del Proyecto Napola, nos contó que usa carne de primera, y la verdad que no hay por que descreerle ya que la carne no tenía nervios, era tierna y sabrosa.
Indagando mas, al mejor estilo ER emergencias nos quedaba por dilucidar la calidad del jamón y del queso.
El primero de estos productos era bueno… ni una maravilla ni una paleta berrea. Un jamón justo y concreto lo necesario para abrigar la milanesa. Pero el queso, si bien no era feo, ni mucho menos, era queso de máquina, que aunque fue abundante en cantidades no produce la sensación dionisíaca que produce la mozzarella o el queso cremoso.






Yendo mas subcutáneamente  entre la carne y el pan no se divisaron pedazos de ajo o perejil. Una pena. Entiendo que muchos prefieren cuidar su aliento con la esperanza de transarse a alguien, pero en nuestro caso nunca sacrificamos una cosa por otra.





El balance entonces fue positivo. Hemos comido una muy buena milanesa, muy poco traicionera para el eructo y abundante.
La definiría como una napola de batalla, ideal para comer con amigos una noche fresca de otoño.






Promedios 2910

Promedio del jurado de notables
calificacion del 0 al 10


Rebozado.  5

Ambiente. 6.7

 Aceite. 6

Jamon y Queso. 4.3

Nervios en la carne. 7.5

Salsa. 4.2

Condimentos. 5
 
Tamaño. 7.5
          Eructo. 7.1

          Guarnición. 6.1


          Promedio. 5.96

* en todos los casos el 10 es la nota positiva


La dueña de 2901 se acercó a nuestra mesa y calificó a su milanesa napolitana. Aunque no dejó sentado su veredicto.





Muchas gracias a los invitados Germán Cohen y Marcelo Blanco. 
Muchas gracias a 2901 por la buena onda.

Proyecto Napola, seguiremos.





4 comentarios:

  1. propongo "el puentecito" de barracas como un lugar a calificar, especialmente la milanesa de bife de chorizo

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  2. nicolas, el puentecito es el episodio 12. Ya fuimos pero estamos atrasados con las publicaciones. No te puedo adelantar los resultados je je

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  3. ¿Qué pasó viejo? ¿Ya se cansaron de comer milanga?

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  4. nunca nos cansamos, pero el fin de año nos está pegando mal

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